jueves, 25 de febrero de 2016

Emparejar pendiente.

En esta ocasión, nos encontramos ante el reto de emparejar un pendiente. 



Después de estudiar la forma del pendiente y los acabados que lleva, los grosores y todas las medidas posibles, comenzamos a fabricarlo.

Primero hemos observado que el pendiente consta de cuatro "donuts" colocados en escalera. Dos son de oro amarillo, uno de oro blanco y otro de oro rosa. Uno de los de oro amarillo es el que nos va a servir de base a la hora de soldar todos los demás.

Comenzamos como siempre: fundimos los metales y estiramos, como queremos que cada "donut" sea hueco, preparamos laminas finas (a 0.35mm) de oro cuya altura sea por lo menos el doble de la altura de la pieza original y que de largo sea el perímetro exterior del "donut". 

Una vez preparadas las láminas, las volteamos, soldamos y redondeamos como si fuesen pequeños anillos.





Para dar la forma redondeada hemos utilizado el método de golpeo contra embutidera. Esto consiste en poner cada anillito en la embutidera y golpear siguiendo un sistema continuo y recociendo el metal de vez en cuando.

Una vez que nos vamos acercando a la medida, comparamos con el modelo original. Apuntamos todos los datos que llevamos (número de embutidera, número de golpes, mas o menos la intensidad del golpeo, tipo de martillo....) para que las cuatro piezas nos salgan exactamente igual.

Es muy importante que estén muy bien soldados y que no se note nada la soldadura ya que puede influir a la hora de embutir y quedar una pieza amorfa en lugar de un circulo perfecto.








Una vez que hemos comprobado que la pieza está perfecta, continuamos con las otras 3 utilizando los tipos de oro correspondientes.

Una vez obtenidos los cuatro "donuts", comenzamos a montar el anillo. Fijamos el donut principal en plastilina y ajustamos los siguientes cortando y limando donde haga falta.





Cuando hemos colocado las piezas y estamos seguros de que están perfectamente colocadas haciendo espejo con el otro pendiente, vertimos un poco de escayola sobre el pendiente. Cuando esta se enfría, quitamos toda la plastilina, es importante no dejar ningún residuo de plastilina ya que nos perjudicaría bastante a la hora de soldar.




Con la escayola bien limpia de residuos, comenzamos a soldar. Es aconsejable hacerlo con dos sopletes ya que la escayola tarda mucho en coger la temperatura ideal.



Después de soldar, quitamos la escayola y comprobamos que esté como queríamos. A continuación soldamos los cierres. En este caso cierre de omega.